¿Por qué a los ingleses les gusta tanto el té ?
Bien sea con leche, azúcar, limón o solo, resulta evidente que los británicos tienen una notoria debilidad por el té.
Hay algo en ese sabor claramente amargo que genera una devoción medida en cifras: en Reino Unido se consumen 60.000 millones de tazas anualmente, según reporta la Organización de Té e Infusiones.
Eso representa un promedio de 900 tazas por cada hombre, mujer o niño, aunque no cabe la menor duda que haya algunos británicos muy por encima de esa cifra.
El té negro, que es la variante más popular (78% de todo el que se consume en el mundo), las hojas se dejan largo tiempo al sol antes de ser llevadas a “cocción”.
Detrás de todo este proceso de secado ocurre otro más natural, donde enzimas propias del té se encuentran arduamente trabajando para transformar moléculas en otras estructuras más complejas.
De esta forma en la medida que se extiende el secado, más tiempo tienen las enzimas para trabajar, transformando más moléculas en las hojas.
El más famoso de los circuitos químicos del té quizás sea la teaflavina, una maraña de anillos de carbono responsable de algunos de los colores rojizo de tés negros, así como de la astringencia.
Más allá de los polifenelos hay otros componentes que están revolucionando el té cada vez más, aunque no se tenga certeza sobre el verdadero rol que juegan.
Parece que las moléculas encontradas en el té pueden proteger células por un período corto, pero no hay evidencia contundente.
Lo que sí está demostrado es la presencia de estimulantes, como en el café. Muchos estudios académicos han encontrado que si el té estimula, se debe a un aminoácido llamado teanina.
De acuerdo con algunos experimentos, cuando alguien consume té y café juntos se encuentra más alerta que cuando solo toma café.
Y en cuanto al por qué los británicos tienen una fascinación por tomar bebidas hechas con hojas secas, hay motivos históricos que permiten explicarlo suficientemente.
(Extracto de BBC News)