15 de febrero de 2024 Sin categoría

Origen del nombre del té

Origen del nombre del té

El té ha ido tomando distintos nombres según los muchos lugares del mundo por donde ha ido pasando. 

  • En China se llama chá (茶)
  • En India recibe el nombre de tschaj o chai. .)ياش(
  • En Arabia, shay
  • En Rusia se llama caj o chay (чай)

Lu Yu (733-804), en su Libro sagrado del té o Cha Ching, escribió sobre el origen del caracter chino del té, como también de las numerosas palabras usadas para denominarlo. En el primer capítulo, Lu Yu escribió: “Su símbolo: podría venir de la palabra hierba/pasto (chá) o de árbol/madera (tú) o de la combinación de los dos.”

En la provincia de Fujian, China, la palabra té se pronuncia “tay”, que es donde la aprendieron los holandeses quienes la llevaron a Europa, convirtiéndose en:

  • Tay en Irlanda e Inglaterra.
  • Tee en Alemania.
  • Thé en Francia.
  • Té en España.
  • Finalmente, en Inglaterra, la palabra sufre una transformación de Tay aTea.

Cuando los holandeses comerciaban té con la provincia china de Fujian, los portugueses comerciaban con Macao, una región de lengua mandarina y cantonesa, cerca de la isla de Hong Kong. Allí la voz local para el té era cha, y todos los que hablan mandarín o cantonés usaban esa palabra.

Existen muchos mitos y leyendas en torno al descubrimiento del té, uno de los más conocidos es el relato chino, que cuenta la historia del descubrimiento del té hace casi 5000 años.

Cuenta la leyenda que el té fue descubierto por el emperador chino Shen-Nung o o Shennong conocido como “El labrador divino” hacia el año 2750 a.C.

Cuando Shen-Nung estaba descansando bajo un árbol, le acercaron un cuenco con agua caliente para saciar su sed. Una suave brisa acarició las hojas de un árbol de té, las que cayeron dentro del cuenco del emperador. Shen-Nung bebió el brebaje sintiéndose refrescado y con el cuerpo relajado, a la vez que su mente se vio alejada de todos sus tormentos. Así descubrió Shen-Nung el encanto de esta bebida y se dice que a partir de ahí alentó al pueblo chino a cultivar la planta y a preparar la infusión como su bebida cotidiana. Shen-Nung afirmó: “El té apaga la sed, reduce las ganas de dormir, alegra y aviva el corazón.”

También se dice que los monjes budistas lo han utilizado durante cientos de años para relajar el cuerpo, ayudar a la concentración y evitar la somnolencia en sus horas de meditación.

Más adelante se conocen referencias sobre el té, enfatizando sus propiedades medicinales, como por ejemplo: aliviar dolores estomacales, quitar el mal aliento, eliminar las impurezas del cuerpo, sanar indigestiones, etc. Existe evidencia de que un cirujano chino, hacia el 200 a.C. recomendaba el té para aumentar la capacidad de concentración. Escritos chinos del año 100 a. C. llaman al té “elixir de la inmortalidad” y lo asocian a Lao-Tsé, padre del taoísmo.

Durante la dinastía Tang (s. VIII d.C.), Lu Yu, llamado “El santo patrono del té” escribió el primer libro conocido del té, llamado Cha Jing (conocido como El libro sagrado del té) con influencias de la filosofía zen.

Lu Yu fue originario de Jinling, actual Tianmen en la provincia de Hubei, China.

La leyenda cuenta que Lu Yu era huérfano, había sido adoptado por un monje budista de un monasterio, pero al no aceptar el uso de las ropas de los monjes, huyó y fue recibido por el gobernador local, Li Qiwu, quien le ofreció estudio y acceso a la biblioteca. En adelante crecería rodeado de poetas, escritores y religiosos. Lu Yu escribió el Cha Jing convencido de que “el té simboliza la armonía y la misteriosa unión del Universo”. La obra completa trata de la naturaleza de la planta del té, su cultivo y su preparación.

Fuente: “Manual del Sommelier de Té” de Victoria Bisogno y Jane Pettigrew.