Lapsang souchong, el té ahumado.
Se ha puesto de moda por sus múltiples aplicaciones en cocina. Si se quiere dar un sabor ahumado a cualquier plato sin necesidad de brasas o humos líquidos, el Lapsang es “el ingrediente”.
Es un té negro originario de Zheng Shan parte del Monte Wuyi en la provincia de Fujian, China. Se trata de un té elaborado con hojas ahumadas, generalmente cultivado entre 3500 y 5000 metros de altura.
En el idioma chino conocido como fukines, el nombre de este té significa “variedad ahumada”.
Según la leyenda, este té apareció durante la época de la dinastía Qing cuando las fuerzas armadas habían interrumpido la producción anual y el proceso de secado de las hojas. Con la alta demanda después de la interrupción, los fabricantes del té aceleraron su producción secando las hojas no solo al aire sino encima de un fuego de madera de pino.
Lapsang Souchong es un té ahumado con el que podemos añadir a nuestros platos un sabor imposible de reproducir en una cocina casera y que aporta profundidad a muchos platos de carne, pescado o verduras: el ahumado. Este té tiene un fondo delicado y ligeramente floral.
Otra corriente cuenta que el ahumado característico de este té empezó a practicarse como método de conservación para aguantar el largo viaje hasta Europa, cuando los holandeses empezaron a importarlo en barcos. En ese momento era considerado un medicamento, y se vendía en las farmacias. Un tiempo después los ingleses descubrieron el té como bebida social y estimulante y lo llevaron hasta las estanterías de los ultramarinos, donde hizo furor alrededor de 1660, cuando la Infanta Catalina, reina consorte, se declaró fan incondicional de esta variedad de té.
Aunque no aparece directamente referenciado, existe la creencia popular de que el Lapsang Souchong era el té que constantemente rellenaba las tazas de Sherlock Holmes, el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle (seguramente basándose en su popularidad durante la época). Lo que sí está documentado es que era el favorito del primer ministro británico Winston Churchill, algo que se entiende mucho mejor cuando descubres otra de sus aficiones, también bastante ahumada: los puros cubanos.
Naturalmente, se puede tomar el Lapsang Souchong en una taza, con o sin leche, como cualquier otro té. Una cucharadita será perfecta para 150 ml de agua hirviendo; dos minutos de reposo en la tetera bastarán para tener la infusión a punto, pasar a una taza y disfrutarla como se prefiera.