La Ruta del Té es una serie de rutas comerciales históricas que se establecieron para el intercambio de té, especialmente en Asia. Estas rutas no solo se refieren al transporte del té, sino también a la cultura, el arte y las tradiciones que se desarrollaron a lo largo de ella. 

La Ruta del Té se originó en China, donde el té se cultivaba y se utilizaba en ceremonias y rituales.

Incluye varias rutas terrestres y marítimas que conectan regiones productoras de té, como China, Asia, Europa y más allá.  Se reconocen rutas históricas entre China, India, Sri Lanka, Japón y otros países productores de té. Estas rutas han sido fundamentales en la difusión del té y su cultura.

A lo largo de la ruta, se produjo un intercambio cultural significativo, donde no solo se comerciaba té, sino también especias, seda y otros productos. Muchas de estas rutas han sido transformadas en destinos turísticos, donde los visitantes pueden explorar plantaciones de té, participar en ceremonias y aprender sobre la historia y la producción del té.

La Ruta del Té tuvo un impacto económico considerable en las regiones involucradas, fomentando el comercio y la prosperidad. La necesidad de transportar té llevó al desarrollo de caminos, puertos y otras infraestructuras comerciales. También el comercio moderno, que incluye la importación y exportación de diversas variedades de té a nivel mundial, así como el crecimiento de la industria del té en países no tradicionales.

 A lo largo de la ruta, se cultivan diferentes variedades, cada una con sus propias características y métodos de preparación. La Ruta del Té no solo es un testimonio del comercio antiguo, sino también de la rica historia cultural.  En la actualidad, hay un enfoque creciente en la producción sostenible de té con iniciativas que promueven prácticas agrícolas responsables y el comercio justo.

La Ruta del Té sigue siendo un símbolo de la rica cultura del té, que incluye no solo la bebida en sí, sino también la gastronomía, la medicina tradicional y las artes relacionadas.